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EDITORIAL

A los 16 años, comencé mi vida universitaria muy enfocada en mis estudios y al mismo tiempo en búsqueda de nuevas amistades. A los pocos días, mis compañeros me invitaron a tomar con ellos al salir de clases, acepté ir con la idea de no tomar. Sin embargo, al llegar vi que todos se divertían tomando, por lo que yo también quise hacerlo. Pedí una cerveza y me sentí parte de ellos. A partir de esa invitación decidí reunirme con ellos todas las semanas.

Pamela Bacca, estudiante de medicina de la Universidad Científica del Sur.

 

El alcohol en universitarios es una problemática constante en el Perú. Causada por factores sociales como el entorno y la publicidad en los medios de comunicación, y psicológicas que abarcan el sentido de pertenecer a un grupo de amistades y el estrés universitario. De esta manera, los universitarios son víctimas de múltiples daños y consecuencias hacia su persona y terceros.

 

De esta experiencia grupal, rescatamos la capacidad que obtuvimos de organizar un texto y, al mismo tiempo, de reconocer fuentes confiables que aporten fiabilidad a nuestro trabajo. La realización de entrevistas fue provechosa para conocer la gravedad de nuestro problema. Aprendimos a organizarnos mejor al compartir ideas, fuentes, antecedentes y a corroborar datos específicos de nuestro tema.

 

Uno de los aspectos positivos que nos ha traído este trabajo es la reflexión que está realizado en torno a este tema. Mantenemos nuestra opinión, ya que desde el comienzo sabíamos que el alcoholismo era negativo en el universitario por las consecuencias que este produce. Según la Organización Mundial de Salud (OMS), se recomienda  aumentar la sensibilización y el apoyo de políticas que ayuden a la prevención del consumo de alcohol en los universitarios. También se debe proporcionar un tratamiento accesible y asequible a los estudiantes que padecen trastornos por el abuso de alcohol y, de ser posible, poner en práctica programas de tamizaje e intervenciones breves para disminuir el consumo nocivo de bebidas alcohólicas en ellos.

 

De nuestro análisis se desprende que los universitarios aún conociendo las consecuencias del problema no desisten de su consumo ni toman conciencia de la gravedad del asunto. Hay instituciones y organizaciones que se han involucrado en la solución como la OMS. La propuesta de solución más conocida, pero que no se ejecuta para solucionar esta problemática, es la de regular y/o restringir la comercialización de las bebidas alcohólicas, especialmente, la venta a los menores de edad, ya que este es una de las maneras más comunes de empezar a consumir alcohol.


Esperamos que la población tome conciencia, reflexione acerca del problema y que la información proporcionada les sea útil para prevenir la dependencia del alcohol. De esta manera, el alumnado universitario no se verá afectado a corto plazo.

¡Alcohol!

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